El sueño de ser padres está idealizado. Criar a unos hijos es muy fácil, pero el educarlos es otra cosa.
Cuando creció vuestro hijo, empezasteis a notar que ciertas cosas se os escapaban y echabais de menos el manual de instrucciones… nunca pensasteis que la educación era tan difícil. Ahora estáis descubriendo algo que vosotros no esperabais.
Su comportamiento es algo que no podéis manejar, la idea de salir de casa, estar en el parque, en su entorno escolar, se os está volviendo enrarecido por las quejas de los otros niños, de los profesores e incluso de la familia.
Habéis pensado incluso que ya no os conocéis a vosotros mismos, puesto que vuestra imagen idealizada de papás tranquilos, cercanos, amorosos y felices, se ha convertido en papás estresados, gritones y frustrados.
No os mereces tener esa sensación.
Estáis en una encrucijada, puesto que vuestra única alternativa es la medicación prescrita por el médico especialista y vosotros lucháis con esa dualidad de sentimientos, que por una parte queréis medicarlo según las indicaciones del profesional pero por otra parte, sentís que no resuelve el origen del problema.